✅ Dejamos aquí la traducción de las palabras que la recién graduada en leyes en Australia compartió en sus redes el día de ayer, 06 de diciembre.
«Mientras me gradúo de la Universidad de Melbourne con una Maestría en Derecho (LLM), me gustaría reflexionar sobre cómo llegué aquí hoy.
En busca de ‘educación’, fui a la India cuando era niña, dejando a mis padres y a mi familia detrás de las montañas de los Himalayas en 2002. Mis padres vieron algo diferente en mí y creyeron que sobresaldría en los estudios más que criando ovejas y yaks como una nómada tibetana. Ellos pusieron toda su fe en Su Santidad el Dalai Lama y en las escuelas tibetanas de la India para que me brindaran una educación sin filtro y real, con valores y libertad. Hoy la fe de mis padres se ha fortalecido aún más a medida que fui perseverando para llevar mi educación incluso más allá de sus sueños.
Para algunos de ustedes, la educación universitaria podría ser algo que continuó en su familia generación tras generación, algo que se podría dar por sentado. Sin embargo, para mí y mi familia, es un hito y un logro. Por medio de esto, asumo tanto el crédito como la responsabilidad de ser la primera persona de la familia en obtener una educación universitaria, a pesar de que soy la menor de cinco hermanos. Siento una inmensa gratitud por tener este privilegio al que muchas personas en este mundo no pueden acceder.
Edward W. Said resume mis sentimientos hoy, él dijo: «Exilio… Es la ruptura insoportable que se fuerza entre un ser humano y su lugar nativo, entre el yo y su verdadero hogar: su tristeza esencial no se logra superar nunca… Los logros del exilio se ven socavados permanentemente por la pérdida de algo que queda atrás para siempre”.
Como una apátrida refugiada de un país ocupado, el precio que pagamos por la educación es alto. Uno tiene que salir del país sabiendo que quizás no pueda volver a casa nunca más. Este 2018 es el 19º año que estoy lejos de mi hogar en el Tíbet, hogar que no tengo idea cómo se vea ahora. Sobrinos y sobrinas se han sumado a la familia mientras mis padres, tristemente, han comenzado a envejecer y se vuelven cada vez más y más frágiles año tras año y, sin embargo, la voluntad de reunirse conmigo un día en el Tíbet sigue siendo fuerte.
«¿Por qué no invitas a tus padres a tu graduación?»
Ésa ha sido una pregunta que me han hecho repetidamente el último tiempo. Bueno, la libertad de movimiento o circulación es uno de los derechos humanos presentes en los pactos y tratados internacionales que estudiamos y debatimos dentro de torres de marfil y de las cuatro paredes de la escuela de derecho, pero que desafortunadamente no se otorga a todas las demás personas en este mundo.
A pesar de eso, los hice sentir orgullosos hoy desde el millón de millas de distancia. Les dije: «Lo hice» durante una videollamada y se llenaron de lágrimas y dijeron: «¡Lo hiciste!». Me llena de una inmensa felicidad sentir felices a mis padres.
Mi mayor agradecimiento va a Mike Degruyter por haber hecho realidad mi sueño. Has construido un hogar para mí lejos de casa, me das esperanzas en momentos de desesperación y fuerza para soñar sueños más grandes. No podría agradecer lo suficiente. Si no fuera por ti, la primera tibetana graduada en derecho de la Facultad de Derecho de Melbourne no habría existido en este 2018. Gracias por ser un increíble padre para mí, no podría pedir más. Me siento absolutamente afortunada de tener al padre más amoroso del Tíbet y al padre más amable de Australia. Ambos me nutren con amor y bondad.
Gracias a mi querida prima གཡང་ འཛོམས ། ཨོ་ ཐོག ཐོག y su amigo Namgyal Lhagyari Namchoe por venir, mis amigas inspiradoras como Sharon Seah Li-Lian que conocí en la universidad hace un año y que hicieron que mi viaje fuera más fácil y más divertido con su amistad. Gracias».
➡ Testimonio tomado del Facebook de Yama Choezom