El pasado 20 de julio, China inició un plan para diezmar Larung Gar y desalojar al menos la mitad de sus 10.000 residentes para septiembre de 2017.
La dramática demolición de Larung Gar es un abuso severo y grave a la libertad religiosa. A los monjes y monjas, que han renunciado al mundo y hecho de Larung Gar su hogar, no les está siendo posible practicar su religión en paz. Como resultado, 3 monjas han cometido suicidio en protesta.
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➔ Larung Gar, fundada por Khenpo Jigme Phuntstok, es un centro icónico y de gran prestigio para el budismo tibetano, reconocido mundialmente por sus enseñanzas. Significa una importancia incalculable para la cultura, religión y el idioma tibetanos, y debe ser valorado y protegido.
No se le puede permitir a China dictaminar cómo los tibetanos en el Tíbet desarrollan su educación religiosa.
A su vez, China debe aceptar y permitir el derecho de los tibetanos a ejercer su libertad religiosa.
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Insta al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas a que presione al Gobierno chino para que cese con las demoliciones en Larung Gar y permita que los líderes tibetanos locales y maestros religiosos puedan participar plenamente en la toma de decisiones sobre su futuro a largo plazo.